El amor de mi vida eres tú, Andrés

…Yo sé que nunca, tú querrás jamás amarme
Que a tu cariño, llegue demasiado tarde
No me desprecies, no es mi culpa, no seas mala
Porque tú eres, ay, de quien yo quise enamorarme…
La diferencia de Juan Gabriel.

Dicen que el amor es el sentimiento más hermoso del mundo. Dicen que en el amor no hay edades ni diferencias políticas. 
Dicen que el amor lo puede todo. Y bien vale amar, declararlo públicamente y a nivel nacional, por dinero, por poder, por sumisión, y rebajarse el orgullo y traicionar al otro amor de toda pasada filiación priísta.
¡Andreees, amor mío!, si te hubiera conocido antes, hace unos años, te hubiera seguido hasta la muerte. Nada más le faltó cantarle al oído, “el amor de mi vida” de Camilo Sesto al tabasqueño. Así de romántica fue la declaración del gobernador de Durango, al recibir este pasado veinte de enero al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. 
Pese a que fue abucheado ruidosamente y por varios escandalosos minutos. Y le recordaron a su madrecita en silbidos, trompetillas y se la rayaron hasta el cansancio, el apuesto y romántico gobernador, no se amedrentó al declarar a López Obrador, como el hombre de su vida, al hombre y mancebo que hubiera seguido de saber que llegaría ser presidente de México. Así de congruente son los priístas.
Andrés, piensa en mí, cuando mañana dejes la presidencia. Háblale maravillas de mí a Claudia. Yo por ti, renunciaré a mis treinta años de fijación tricolor. Andreeees…
Solamente le faltó al vernáculo cantante echarse en brazos del otoñal hombre, y sellar con un beso su recién descubierto gran y eterno amor, por el hombre que ha transformado a México, que lo va a dejar convertido en una potencia mundial y que ha devuelto la dignidad y orgullo de ser mexicano y ha recuperado parte de los bienes de la nación, saqueados por el PRIAN y por su derecha conservadora, clasicista y racista.
No falta mucho para que Esteban Villegas se declaré morenista y se convierta en adicto y seguidor de Claudia, la próxima presidenta de México. Ah, poderoso caballero es don dinero y este priísta, de cepa y corazón, no quiere quedarse fuera del presupuesto federal.
Sin pena y con la desesperación de su inutilidad, de su mal gobierno, de su gobierno nepotista y de compadrazgos, Esteban Villegas, priísta de pura cepa, desde sus tiempos como líder estudiantil de la Facultad de Medicina, presidente y diputado por el PRI, hincó rodilla ante el presidente de México, traicionando a sus padrinos políticos como Ismael Hernández y cártel priísta. Dicen que nada más se escuchó, allá por rumbos del Mezquital, el crujido de un corazón roto y el lagrimear de un cocodrilo.
Juró y perjuró, que el amor de su vida era y es, desde ahora, Andrés Manuel López Obrador y se le ofreció en cuerpo y alma. Y lloró por dentro, en su tierno coranzoncito priísta, no haberlo conocido antes. Loved tender.
Andreees, por qué el destino es tan cruel con nosotros, si te hubiera conocido antes, hubiera sido tuyo desde ese mismo instante. Gracias por esos cuarenta mil millones de presupuesto. Gracias por el rescate financiero de Durango, ante la quiebra provocada por el faltante de 24 mil millones que “desapareció” Aispuro. Ya que yo no tuve corazón, (ni arrestos) para enjuiciar a Pepillo (Rosas Aispuro) el otro gran amorcito mío (no seas celoso Andrés, en mi corazoncito trovador cabían muchos, pero desde ahora solamente eres tú). 
No se saben cómo acabará esta gran naciente historia de amor, entre dos mundos opuestos, entre dos corazones tan lejanos y tan distante. ¿Será acaso la próxima tragedia de Romeo y Julieta?
El gran paso, el primer gran paso ya se dio, al expresar los sentimientos del cantante Esteban Villegas, quien se dice que dejará el género ranchero, para cantarle puras de Juan Gabriel, como La diferencia y Amor eterno. Falta esperar la otelisca reacción de su querido y amoroso primo Lauro Arce. ¡Ah!, el amor es una cosa esplendorosa.